miércoles, 3 de marzo de 2010

A ti, la misma


Dónde estás cariño mío. Dónde yace tu espíritu ahora.
¿Estás con los ojos abiertos absorbiendo el viento de
los acorralados?

Puedo imaginarte levantando ánimos y sembrando flores
en el pecho de los otros… ¿Dónde abrazas a tu hija con
ímpetu? ¿En el centro de la vida soplando tempestades?
/ No sé.
Pero sí sé que debes andar por ahí y yo no sé nada de ti.

Jc.

A ti


De las piedras barro y llanto, deja la mente en blanco.
Mira hacia adelante, no mires a los muertos en vida.
Tú sigue adelante esquivando las murallas los callejones
y plazas que ya no existen. Tú canta una canción para tu
hija y baila con ella tres rondas por hoy la vida y el amor,
cariño mío, baila entre los polis las corridas y los campings.
Tú solo vuelve… Resucita.

Jc.

Sin título


Constante puje de malos sueños viene por mi carne
a pulsos que no logro contabilizar/ Azarosa repartija
de fortalezas y defensas ; Podría acabar con la estupidez
ahora mismo en medio de la tarde o noche/ Al fondo de
una tibia tina expandiendo el cabello en furiosos ríos con
dos cortes precisos / No es más que voluntad;
Sí o no, resiste o ríndete / Cosa de elección y cosa de
corazón; Turbulento órgano en el centro de mi cuerpo
necesita con urgencia neutralización.

Jc.

Los amigos dicen


Maricón, fleto, hueco, flaite, mierda de a quina, huevón, indio, cholo, llorón, debilucho, neófito; Me das pena, es una lástima, dejado, pokemón, emo, perdedor, lastimero…
¿Podrías ayudarme con un trabajito escrito? Te regalo un pito.
/Insultante propuesta.

Jc.

Qué


Qué es lo que tengo en la cara
en la ropa en los ojos en las
manos en las maneras.

Qué es lo que exuda mi boca
mi aliento mi acento mis poros
y pies.

Qué es lo que llevo grabado en la
frente para que siempre digan:
“Gracias, te llamamos.”

Jc.

lunes, 1 de marzo de 2010

Justo antes de caer


Para estos días sin conciliación
solo dos de tus pócimas hacen falta
para caer inconsciente y dormir en paz.

¿Qué más esperas?
¿que escriba bellos versos?

Te digo la verdad; solo dos de tus pócimas
y duermo en paz aunque sea un par de horas
en los brazos de ningun ángel, sino en las
mantas del olvido momentáneo.

Jc.

Para ella


Con los años y bailes donde no cantabas,
sino gritabas; te has vuelto un vestido feo
y falto de gracia...

Esa vejez que te pone loca cuando hablas y
desatas tormentas en mi alma con tu desgano
y odiosidades me tienta mucho...

/Me dan ganas de acabarte por completo/

Y no podría ponerte las manos asesinas
por que el cielo me caería encima y si
no cae el cielo me aplastaría la culpa.

De todas formas creo que tu patología
y vestido viejo está envenenando mis
jóvenes defensas.

Jc.