
Es una verdad que me cuesta un océano
entender el flujo del habla y las flautas
engañosas de la voz, de tu voz.
Mis pies no caminan sobre el agua
ni tampoco vislumbro tu sueño. Los
sueños de los hombres son distintos
por gracia y lo que veo no me gusta...
De tus jardines debo salir, el mío
necesita cuidado.
Puedes marchar en tu propia vía de
visiones mágicas, puedes bailar entre
la niebla y el roce de tus fantasmas,
pero yo no estoy comprometido al baile,
el bale es tuyo.
No entender es mi derecho, y más que no
comprender tu canto de pájaro herido y
seductor mi vuelo es otro mis ojos son
otros mis ganas son otras mi vida es otra
mi tiempo es otro mi sueño es otro y no
existe obligación alguna que me ate a un Amén.
No la hay.
Jc.
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