lunes, 30 de marzo de 2009

Lo que fue de los dos.


No quedó nada.
Ni un palo parado
ni las ganas de pararlo.
Solo ojos alerta
y manos que saquearon,
pisaron y estrangularon
el jardín.
El caos bailó con nuestras mujeres
y quien tocó la guitarra era el demonio.
El orden gritó infartado:
¡ LEY MARCIAL EN LA ENTRAÑAS!
Y seguimos cayendo
siempre al fondo
muy abajo en el mar
como volviendo al vientre
y nunca acabar;
siempre al fondo.

Jc.

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