
En la pieza hay un llanto de
susurros esperando rescate.
En las sábanas un par de
piernas morenas; lindas,
pero despreciadas por un
miserable.
En el baño un espejo que
ella mira y luego engaña
con una sonrisa/ Y Dios
sabe que es falsa/ Dios
sabe que gritas más fuerte
que a tus quince años niña
de trapo.
Mírate las manos, tápate la
boca, aprieta la cabeza,sujeta
esa memoria:
Que por los vestidos rotos
alguien debe pagar.
Jc.