domingo, 25 de octubre de 2009

viernes, 23 de octubre de 2009

Al autor


Sigue en lo mismo;
en la necedad.
Y no hay cómo encaminarlo.
¡Pobre huevón!
Y va muy en serio por que ésta vez
hasta te cagaron con quién sabe qué mierda.

¿Crees que Dios perdona a los estúpidos?
Porque lo tuyo no es hablar de una recaída,
no para nada, lo tuyo es permanente.
Por eso te lo digo; Huevón.

Al autor de la necedad
Al autor de la caída
Al autor del escalofrío
Al autor del cinismo
Y tantas otras estupideces.

¡Pobre huevón!
Te hace falta caer y morir,
ahí sí entenderías, ahí sí
cambiarías y al menos con el tiempo
pasarías a ser hierba sobre la tierra.

Jc.

jueves, 22 de octubre de 2009

El gato que miró.


El gato me miraba preocupado,
estoy seguro que se inquietaba:
-¿Qué hace este tipo?
¿Por qué grita a medio mundo/ Por qué no soporta a nadie/y luego de un par de raras acciones su genio cambia/ se vuelve más amable, activo y optimista?-

Con los ojos del gato me encontré justo en media aspirada, sentí vergüenza y dije:
- Si yo fuera un gato no buscaría pócimas maliciosas. Andaría entre los árboles rebosante por la naturaleza, pero acá estoy Igor;"Hombre racional y dependiente de químicos contemporáneos"-

Pero el gato me ama, me en cariñosa curiosidad.¿Por qué un gato o un perro me son más agradables que la compañía de los hombres?
¿Va el gato hacerme cambiar a mí que soy puro desastre?
Siento más empatía por el gato que por el doctor.

El doctor es buena persona: me aturdió las ganas de extinción, pero sus ojos no expresan el amor que el gato dispara.

Y ni hablar del temor a Dios.
Aquel ser:
Voz en mi interior.
Guerra de mi corazón.
Cruzada de mis muertes.
Juicio en mi cuerpo.
Ah, mi gato...
Ah, mis amores
no me mires tanto
que estoy sucio
y aun no muero.

Jc.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Sobre el animal éste.


Todos los días abre los ojos.
Se encuentra a sí mismo; se reconoce
y esconde el ímpetu/la duda es permanente/
la certeza muy ambigua y el progreso mero
concepto.

Solo se tiene a sí mismo, y dentro de él
mil laberintos de besos olvidados y caricias
al vestido de aquella amante furtiva.

Esquivo como gato silvestre camina las calles
de mil años y un millón de transeúntes que ignora,
pero no ignora las flores las flores de primavera
-la pequeña esperanza-,ni el cielo abierto-la perpetua
esperanza-.

Se dirige sin rumbo cierto donde los jardines son libres
-ahí donde yace solo- y nadie lo ve. Al menos eso piensa él.
Y es que la tontera es natural entre los hombres;
tan orgánica como la risa o el llanto, tan ciertas como el amor
o el odio.-Y es que se ama, se odia, se añora, se olvida, se omite,
se esconde, se grita, se susurra, se canta, se baila.

Y hay que decirlo: Baila la ronda de los necios, que es la misma
ronda de los sabios, pero él no lo sabe. Él cree que solo le pasa
a él o al menos se esfuerza en creer aquello. Pero eso de la distancia
/del autoexilio es el vestido de la ausencia/ la falta de empatía.

Y ya que estamos hablando hay que cantar más claramente:
¡Es cosa de animales!
Porque no entiende y anda con la cabeza en la luna; Por ahí en
los pasajes turbios,
de faldas fáciles y
vicios pateados, pero
como al burro no le entra;
Sigue comprando, sigue fumando, sigue aspirando.
Y se miente a sí mismo diciendo:
- Si ésta es la última vez, después de hoy día me chanto
porque ya está bueno que me reforme. Si yo sé que me hace daño,
pero es tan rica...
tan mala la hueona que al final caigo de nuevo.-

¡DICHO Y HECHO!

El animal éste lo hace todos los días y es cosa de mirarlo
para darse cuenta que pronto se va a ir a la cresta y cuando eso pase;
Quién querrá ir a buscarlo/Quién querrá darle una mano...
"Nadie/absoluta ausencia."

Porque es cosa de animales y los animales no son como los hombres
que saben calcular y medir las consecuencias.
/Los animales no entienden de aritmética/

Jc.

Phillip glass.

lunes, 19 de octubre de 2009

Clavado en el madero.


Como una fuente reventando
viniste con tus ojos y
estrellaste la mirada en
mi pecho que rendido se partió/
se infartó con tu presencia y
suplicó muy secretamente que me
invadieras el cuerpo/que te deslizaras
en mis sueños/ que me abrazaras por las
noches para no sentir temor, -Cosa simple-
que susurrases en mi oído cuentos de primavera/
canciones de jardines indómitos...

Tu presencia.
Tu cuerpo que no veo.
Tu olor que desconozco.
Tu pasión dos mil años relatada...

Sálvame gritaron los semitas.
Defiendeme los blancos.
Alimentame los negros.
Pacientame los amarillos.

Y yo quiltro criollo digo:
No me dejes.
Estoy solo.
perdido caminado contra ti
y aun así amandote como los
perros aman; Con ladridos,
aullidos y carreras
cerro arriba/ cerro abajo...

Y el vicio; Me duele.
Me consume.
Me desespera.
Me atormenta.
Me contenta/cinco minutos/
Y la culpa eterna rodea mis días.

Me dueles/me persigue tu rostro/
estás clavado en el madero.

Jc.

domingo, 18 de octubre de 2009

Los hombres libres.


Las grandes avenidas ya están abiertas y los hombres libres caminan con sus hijos de la mano-Otros separados-, pero juntos todos transitan por las alamedas de la nación. Los hombres grandes y los pequeños miran vitrinas repletas, precios convenientes, créditos que bailan como Salomé danzó a Herodes. Y los hombres consultan con sus voces de libertad; "A cuánto ésto, y en cuántas cuotas, y cuántos puntos acumulo."-Una ayuda más- Entonces los hombres libres desenvainan sus billeteras como si fueses pistolas y disparan billetes mientras sus hijos se entusiasman con un engañito para ellos.-Y claro que es un engaño- Los hombres libres reciben la compra como un regalo de Dios porque pasaron tantos años, tantos días del mes añorando poseer lo que la televisión cantaba y sus hijos son desviados con dulce sutileza a la sección de los hechizos. Entonces los hombres libres compran encantos para sus hijos y vuelven a las grandes avenidas de la mano-Otros separados- cargados de estupendos bolsos multicolores de marcas pseudoeuropeas y justo en medio de las alamedas se encuentran cara a cara con los zombies de la nación. ¿Y éstos hombres libres por qué traen esa cara? Se les cae la baba por aquellos bolsos y explosivas billeteras. Pero los hombres libres saben, gracias a su consciencia de libertad, que a éste tipo de zombies no se les debe mirar a la cara fijamente porque contagian un mal parecido a la culpa,la incertidumbre o la desesperación.
-¿ Por qué ese hombre tiene la cara verde?- pregunta un niño a su padre y éste contesta: -Porque eligió un mal camino.-
-¿ Y cuál es el mal camino?- pregunta nuevamente el niño, y el padre después de pensarlo unos segundos responde: -El de los que sueñan con Utopías.-
-¿Y qué es una Utopía?- pregunta el niño porque nunca había oído palabra semejante.
-Es un sueño que no se cumple en ninguna parte.- respondió el padre sintiendo un escalofrío que no sentía hace décadas.
- No entiendo.- Dice el niño a su padre y continuó. -En el colegio nos dicen que debemos soñar para crecer y volvernos hombres.-
- Pero debes soñar con algo posible, algo que sí exista; un oficio, una profesión, una casa, una familia. eso sí es algo con lo que puedes soñar.- Pero el niño sintió confusión y volvió a preguntar: -¿ Puedo soñar que ese hombre de cara verde tenga otra cara?- Y el padre exasperado dijo: - Mejor que no lo hagas porque es justo ahí donde se abren las puertas del mal camino.-
- No entiendo.- dijo el niño cruzando los brazos.
- No importa que no lo entiendas ahora, ya tendrás tiempo de comprender. Ahora conténtate con éste regalito para ti.-

Entonces el niño olvida el diálogo con su padre y tomando su mano siguen caminando como hombres libres por las avenidas.

Jc.

sábado, 17 de octubre de 2009

Negra María.


¿Qué tiene ésta pócima de bueno?

Son las 20:45 PM y salgo de mi casa rumbo tres pasajes más abajo donde la negra.
La negra María vive con su hija, ocho perros y un hombre diez años menor que ella.
Es él quien mira por la ventana del bunker hechizo, pega un chiflido que hace ladrar a los perros que lo odian. La negra sale y dice: -¿Cuántos?-
- Una de cinco.- respondo yo. Entonces la negra me mira con cariño. ¡ Pero claro que lo hace si son cinco pesos que sirven para comprar comida o cualquier otra cosa! Y es que en esto de la transacción hay mucha ayuda mutua. Yo pienso; "La negra María me vende bueno así que le soy fiel. Me da buenas bolsas.
- Gracias.- Digo.
- Gracias a ud , mijito.- Me dice ella mientras me da la espalda. Esa espalda apagada, pesada y desconfiada. ¿ Le habrán pegado una puñalada en la espalda alguna vez?

Camino directo a la casa. Abro la puerta. Me sirvo un vaso de Cocacola y me dirijo a mi pieza con pasos cínicos. Olfateo la bolsa. ¡Sí tiene olor! La sacudo fuertemente para que nada se pierda en el momento de abrirla con mis dientes. La deposito sobre una carátula Cd. La toco suavemente con la llama del dedo índice y la llevo hasta la punta de mi lengua. ¡Ésta sí tiene sabor! y es que la negra María sabe cómo satisfacer al cliente. Es más amable que ejecutiva de banco. Y lo digo en serio, porque entre sudar en la fila de un banco para pagar, pagar y pagar, yo prefiero mil veces mirarle la cara a la negra María. Uno se siente más cooperativo. "Una mano lava la otra" y la mano de ningún bancario o empleador jamás ha lavado la mía. Y dudo seriamente que un día lo hagan. Sería como esperar que una vaca empolle un huevo.

Divido.
Apunto con la nariz.
Inhalo.
Exhalo el aire.
¡Que nada se vaya a caer!
Ya está adentro...

La porquería baja hasta mi garganta y la siento deslizarse como una culebra. ¿Pero será la negra María una culebra? yo sé que tiene hija. Una niña de lo más sabrosa, pero a veces anda con la mirada sumida en el miedo. ¿Le pega la negra María a la hija? ¿Y si le pega lo hace en su justa proporción así como los gramos que compra y divide para vender? ¿O la golpea con la fuerza del miedo al allanamiento?

La negra María tiene que tener ambas caras. Debe ser temerosa de la virgen; Que la virgen le cuide de los ratis, que la virgen le traiga clientela, que la virgen le libre de una mejicana. Y por otro lado debe estar lista para arañar la cara de los jotes. Esos palos con patas y caras chupadas que se esconden tras los arbustos. La negra María sabe que están ahí sin mirarlos siquiera porque los huele. Los presiente como los pájaros intuyen la tormenta. Entonces la negra María te mira con cuidado, como a punto de sacar una lanza y caer como avalancha sobre los jotes y correrlos con su arte marcial de cerro perdido, luego vuelve temblorosa y con la voz cortada continua en lo suyo esperando que llamen gritando: ¡Negra! Y ella vuelva a preguntar cuántos, y así de luna a luna todas las noches de la eterna calle en ese pasaje de transacciones ilegales y tan agradable para pendejos como uno; Burgueses estúpidos y consentidos.

La negra me dijo una vez: - Yo me voy a ir de acá, Voy a parar ya.´Toy funá y eso es malo pa mi hija.- (La muñeca sabrosa)Pero me lo dijo hace meses ya.
La negra no se va porque a pesar de su espalda apagada y pesada, a pesar del miedo al allanamiento, la mejicana o los golpes del conviviente; acá la cosa le cunde.

¿Dónde va a trabajar la negra si para de vender?
Yo que la conozco no le daría pega como empleada doméstica y según escuche una vez la negra sabe contar, pero no sabe leer.

La negra María se va a quedar y quiera Dios que no la allanen, quiera Dios que no le hagan una mejicana, quiera Dios que no la apuñalen los jotes o el conviviente ese que sí tiene cara de ser un orgulloso hijo del Demonio.

Jc.

viernes, 16 de octubre de 2009

Sala de espera.


Sala de espera.
Asientos para fantasmas
y miradas curiosas...

¿Qué tiene este otro?

Sala de limbo,
Camino inamovible.
Respuesta clínica
a la pregunta espiritual.

Pócima de alivios,
sala de descansos,
caras de espanto,
esperanzas menguadas.
...Escapes en milígramos.

Ah, sala de estar, revista de moda
que la vieja gorda a mi lado devora
con los ojos desesperada por engullir
el éxito que nunca conoció, salvo cuando
alguien le dijo alguna vez: "Te amo".

Ah sala tortuosa...
Yo no soporto a la secretaria.
Lo disfruta.
Le excita cuadrar con una regla las
horas perdidas de pacientes crónicos del alma
y entonces ella se siente superior...Y es que en
la cara se le nota lo menopausica.
"Citas médicas para los muertos en vida"
Jugoza ganancia de farmacias.

La vieja ésta, la secretaria, le sonríe
a uno con cara de saberlo todo:
-"Pobre cabro, si no tiene remedio, a veces viene
malito, no sabe ni como se llama el pobre".-

¿Qué sabe la vieja?
¡Esa morbosa que se toma el tiempo
en leer el diagnóstico lentamente!
La vieja podría decir: - Achtung! Se les ruega
despojarse de sus ropas, póngalas acá, mientras
reciben una ducha fresca".-

Ah, sala de espera, te pareces tanto a mis peores
pesadillas.

Jc.

Sobre nosotros y no los otros.


Estaba pensando en nosotros.
Me preguntaba acerca de nosotros;
¿Algún día haremos lo que nos gusta?
¿Y si fuese así?
¿Qué haríamos?
¿Qué seríamos?

Yo no sé lo que me gusta de verdad.
No sé si me gusta más mirar que dormir.
No sé si me gusta más follar que morir.
No sé si me gusta más trabajar que soñar.
No sé si me gusta más escribir que leer.

Hay un millón de cosas que no sé cuánto me gustan
de verdad.
Pero me preocupa con terror no saber si tú algún
día harás lo que te guste.

Me preocupa tu felicidad.
Me preocupan tus ojos.
Me preocupa tu encierro...

Tantos años ya.
Tantos siglos aquí.

Cada día que creces te escondes más.
Te escondes del mundo.
Ese ser de látigos, cemento y proactivos.
El mundo ese... El del progreso.
Dice que debes ser "normal".
Estar dentro del margen.
No hay espacio para el desmargen.

Y tú con tu espalda gigantesca, con
tus brazos de herido hierro eres mucho
más que la regla de los hijos de Dios.

Aquellos hombres nos han encerrado con
sus juguetes estadísticos y nos quedamos
nadando en el desconcierto con las manos alzadas
para ver si alguien nos escucha fuera del ghetto
de los cerros y los gritos de los narcos de cerro.

Por eso quiero saber qué quieres hacer.
Si quieres arrancar conseguiré una camioneta
y nos lanzaremos cerro abajo hasta llega al plan
y estrellarnos contra el congreso, contra la consulta
del médico que nos marco con el signo de caín.

Nos vengaremos de ellos.
Todos esos monumentos de la
democracia.
¿Qué nos han dado a nosotros?
¿Debo prenderles velitas como a un santo?
Yo les prendería un litro de gasolina...
¿Y tú?
¿Lo harías?

Jc.

jueves, 15 de octubre de 2009

¿Y tu vestido?



¿Y el vestido ese?
¿Qué es de él?
bailaban tan bien los dos
y el viento la gozaba...
Qué manera de gozarla ese.
Se lanzó contra tus piernas
y dibujó un remolino.
No te pongas roja.
Al viento le gustabas, también
le gustabas a los charcos que saltabas
con tu vestido salpicado en barro.
Yo me quedaba tieso mirando tus piernas
y mordía mis dientes para crear una ronda
de abismos contigo.
Pero no podías entenderlo. No podías verlo.
Cómo le gustabas a la noche y a los hombres.
A todos cuanto odié.
El vestido ese...
Lo hiciste trizas de callejón en callejón
de escalera en escalera con esos besos de hielo
y ron pasado... ¡En todas las rondas gritaba tu
vestido!
¡En todas mis vigilias tu vestido aparecía!
Y es que el vestido ese...
Puro infierno y miel.
Pura carne e ilusión.
¿Cómo fue que lo perdiste?
No me digas que lo escondiste para
que no pudiera verlo porque te trituro
la cara bonita...
¿A ver? ¿ Y esa mirada que brilla?
¡Alguien te dijo muñeca, alguien te vio
con el vestido! ¡Te voy a matar!
Soy yo quien te tiró el vestido al cuerpo.
Y ahora lo escondes de mí como si fuera
a devorarte... Pero ya lo hice, ya te consumí
con angustia y alegría y la cara que puse fueron
la traición y la mentira... Te voy a cagar si escondes
el vestido de mí. El vestido es mío. Yo te lo dí. Voy
a comerme el vestido y voy a mirarte temblando. Cuando
caigas al suelo saldré corriendo y malparido a comprar
otro vestido. Otro que he pensado para ti. ¡Cállate!
Digo que traeré otro vestido para ti. Te lo pondrás
y volverás a bailar para mí. ¡Cierra la puerta! No me gusta
que te vean. ¡Y menos sin vestido!


Jc.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Reflexión de ti.


En su casa de muñecas y con el cuerpo deambulando
entre montañas de ropa hablaba riendo con su simpatía.
Con sus palabras. Con sus ojos y manos dibujando.
Y yo la miraba. La contemplaba. Me callaba en mis adentros.
Ya no sentía frío ni temor. Solo estaba ahí:
parada en su reino de paz, en su jardín de frutos
dulces y vientre húmedo.-¡cómo explotan las fuentes!- Pensé.
Y pensé en quedarme, en dormir con ella. No la invadiría con
mi cuerpo ni desparpajo. Dormiría ahí. A su lado. Me quedaría
tranquilo. Esperaría morir ahí...Con esa calma. Con ese sosiego.

Te he visto hermosa.
Te he visto viva.
Y te he querido tanto.

Pero se hacía tarde y yo pisé tierra.
-"No se debe desear tanto para poder vivir."-
Te miré. Me despedí, pero qué fue ese chao.
Un presente solo, estoico...
Yo me hubiera quedado ahí...
Perdido en tus cabellos.

Jc.

viernes, 9 de octubre de 2009

Mal hablado.


Donde la amiga Andrea hay copete
Donde la perra María hay paragua
pero la maraca de enfrente me mira
con una cara y yo lo sé... Está que
arde la muy bastarda porque no tiene naa
mas que las puras ganas.

Si es tan tonta la hueona que le partiría
el hocico por ser lo que es... naa.

Igual que yo.

Igual que esa vez que no tenía naa y no
encontraba naa tampoco en la cara de los otros
ni en casa de los amigos ni en los basurales donde
nos juntábamos a tomar pa imaginarnos que éramos reyes
y yo bebía como perro resentido...

Es que quería tragarmelos.
Quería destruirlos por ser tan hueones...
¿A quién chucha se le ocurre invitarme a la fiesta
si saben que me lo voy a comer todo?

Y después me echaron por glotón.
Pero volvieron a llamarme y volví a hacerlo;
me quedé ahí hasta que el copete se hizo agua
la falopa harina y el paragua doko.

Voh soy judío me dijeron y yo me cagué de la risa
porque soy cristiano y le temo al juicio como a los
clavos en las manos y los pies. En cambio ellos temen
que se acabe el copete la falopa y el paragua
y no sospechan que me lo tiré todo hace rato.
No saben que si en la mano no hay naa es porque yo
funé hasta la falda de la virgen del barrio y seguí
mirándoles pa ver si venían por mí y me mataban, pero no,
cuando me vieron casi saltaron de alegría los bastardos
porque soy buen payaso en medio del carrete.

¡Puta cómo odio a los culiaos!
Todavía no caen.
Si dan ganas de matarlos porque no entienden nunca.

Jc.