domingo, 18 de octubre de 2009

Los hombres libres.


Las grandes avenidas ya están abiertas y los hombres libres caminan con sus hijos de la mano-Otros separados-, pero juntos todos transitan por las alamedas de la nación. Los hombres grandes y los pequeños miran vitrinas repletas, precios convenientes, créditos que bailan como Salomé danzó a Herodes. Y los hombres consultan con sus voces de libertad; "A cuánto ésto, y en cuántas cuotas, y cuántos puntos acumulo."-Una ayuda más- Entonces los hombres libres desenvainan sus billeteras como si fueses pistolas y disparan billetes mientras sus hijos se entusiasman con un engañito para ellos.-Y claro que es un engaño- Los hombres libres reciben la compra como un regalo de Dios porque pasaron tantos años, tantos días del mes añorando poseer lo que la televisión cantaba y sus hijos son desviados con dulce sutileza a la sección de los hechizos. Entonces los hombres libres compran encantos para sus hijos y vuelven a las grandes avenidas de la mano-Otros separados- cargados de estupendos bolsos multicolores de marcas pseudoeuropeas y justo en medio de las alamedas se encuentran cara a cara con los zombies de la nación. ¿Y éstos hombres libres por qué traen esa cara? Se les cae la baba por aquellos bolsos y explosivas billeteras. Pero los hombres libres saben, gracias a su consciencia de libertad, que a éste tipo de zombies no se les debe mirar a la cara fijamente porque contagian un mal parecido a la culpa,la incertidumbre o la desesperación.
-¿ Por qué ese hombre tiene la cara verde?- pregunta un niño a su padre y éste contesta: -Porque eligió un mal camino.-
-¿ Y cuál es el mal camino?- pregunta nuevamente el niño, y el padre después de pensarlo unos segundos responde: -El de los que sueñan con Utopías.-
-¿Y qué es una Utopía?- pregunta el niño porque nunca había oído palabra semejante.
-Es un sueño que no se cumple en ninguna parte.- respondió el padre sintiendo un escalofrío que no sentía hace décadas.
- No entiendo.- Dice el niño a su padre y continuó. -En el colegio nos dicen que debemos soñar para crecer y volvernos hombres.-
- Pero debes soñar con algo posible, algo que sí exista; un oficio, una profesión, una casa, una familia. eso sí es algo con lo que puedes soñar.- Pero el niño sintió confusión y volvió a preguntar: -¿ Puedo soñar que ese hombre de cara verde tenga otra cara?- Y el padre exasperado dijo: - Mejor que no lo hagas porque es justo ahí donde se abren las puertas del mal camino.-
- No entiendo.- dijo el niño cruzando los brazos.
- No importa que no lo entiendas ahora, ya tendrás tiempo de comprender. Ahora conténtate con éste regalito para ti.-

Entonces el niño olvida el diálogo con su padre y tomando su mano siguen caminando como hombres libres por las avenidas.

Jc.

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