
Antes de partir deja que toque el velo
de sus vestidos e imagine que una vez
estuvimos juntos y nos perdíamos en su cama
eterna de besos
sedienta de mi cuerpo
como yo de la muerte
Y en medio de la noche ahuyentar las sombras
de las flores negras que siempre me rodearon
y crecieron en las paredes
y techo de mis huesos
Porque tan cerca del alma lejos del cuerpo
te pido;
deja que imagine que me dio tres vueltas en
el jardín y me devolvió los brazos para tomarla
los ojos para añorarla y la boca para devorarla
entera en sus noches internas y días de nervios
en el vientre fecundo de sus fuentes precavidas
/Prohibida extraña mía...
Porque tan cerca del alma lejos del cuerpo
te imploro;
¡Deja que sueñe como un niño ingenuo!
Jc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario